miércoles, 18 de mayo de 2011

También hay que trabajar...

 Estas imágenes son parte de un trabajo que entregué hace mucho y del cual aún no recibo beneficio económico. Sí, también me gano la vida de esta manera. Son vistas de lo que sería el nuevo Sistema Integrado de Transportes de Arequipa, que últimamente ha causado tanta controversia y malestar. Las maquetas virtuales tampoco son tan fáciles de hacer, a pesar de tener planos, referencias y demás: hay que agregarles un poquito de vida, un arbolito por acá, un carrito por allá, tal vez una parejita de enamorados en primer plano, o jugar con la iluminación hasta conseguir una buena toma (claro, buena dentro del plazo de entrega).

Recuerdo que aún utilizaba los apuntes arquitectónicos en mis entregas, o mejor dicho nunca llegué a presentarlos, cuando descubrí un programita gratuito flotando por la web: el gran sketchup, la solución perfecta para quienes no quisimos demasiadas complicaciones ni comandos para el modelado 3D. Aunque el nombre evoca una salsa, el bueno del sketchup es el compañero ideal para presentaciones de última hora y modelos sin enredos. Aunque es limitado en su presentación final, puede explotarse su capacidad al ser combinado con programas de renderizado especializados, convirtiéndose en una herramienta poderosa.

Lo único malo de este tipo de trabajos es que en mi caso dedico las noches y fines de semana a realizarlos, por lo que una foto de estas equivale más o menos a 37 horas de vida perdida. Gracias sketchup por los morlacos extras, y a esperar que Google lance un programa para cobros atrasados o imposibles.

martes, 17 de mayo de 2011

Enredados

Entre el 2005 y el 2006 (si mal no recuerdo) tramamos junto a unos compañeros de universidad la publicación de una revistilla que supuestamente nos volvería ricos, respetados y famosos, aunque nos bastaba lo de ricos. Por desgracia hasta el momento no hemos concretado ni la primera página, aún cuando teníamos casi todas las secciones listas, en borradores o nuestras cabezas.


Este dibujo lo tengo guardado aún, con la esperanza de algún día retomar el camino del trabajo soñado; así que decidí desempolvarlo y utilizarlo como conejillo de indias en mi primera experiencia con el pintado digital con mouse. Aprovechando el éxito de una reciente película, mi versión del famoso cuento de la pelucona.

viernes, 13 de mayo de 2011

Arequipa, Patrimonio!!!

Arequipa fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad hace unos 10 años (2 de dic del 2000 para los curiosos), así que para conmemorarlo o siquiera recordarlo, el Colegio de Arquitectos del Perú - sede Arequipa organizó un concurso de fotografía y (¡oh!) caricaturas, cuya temática debía girar obviamente alrededor de la declaratoria o su importancia. En el 2009 ya lo había hecho y el tema fue libre, así que al parecer se está volviendo una sana costumbre. Como hace dos años ni me enteré (por eso de no ser titulado ni colegiado ni elegido ni predestinado), este año (2010) decidí participar con una sátira de la situación del Centro Histórico (nunca se me ha dado por caricaturizar personajes, sino dibujar situaciones ridículas o exageradas).

A manera de reseña situacional, por acá se habla de la posibilidad de que la ciudad pase a una lista negra en UNESCO porque los esfuerzos por su conservación se han visto superados por la irresponsabilidad de algunos propietarios y la desinformación de la población en general sobre el valor excepcional de Arequipa como ciudad.

Antes que todo y para validar mi participación, me di el ligero trabajo de buscar la definición de caricatura en ese libro que guarda polvo en los estantes: el diccionario; y más o menos decía así: "dibujo o algo que... bueno ... deforma..." no lo recuerdo, pero consultando definiciones en la web me sentí muy a gusto con la convicción de que no sólo se podían ridiculizar personas, sino situaciones. Presenté dos dibujos en su correcto formato, sin alteraciones en la computadora y pintados con lápices de colores, lo cual admito no es mi fuerte (el color en general no es lo mío) y esperé la semana de rigor.



Los resultados, primer puesto: desierto (¿?), segundo puesto: una acuarelista-caricaturista-colega muy talentosa y al final de la cola, o por lo menos de las que recibían premio, la caricatura de arriba. Un alivio monetario muy a pelo y además la promesa de que el dibujo apareciera en el calendario-almanaque que edita el Colegio cada año... para quedarse más que satisfecho.

Un tercer puesto no es malo, a menos, quizás, que concursen 3 personas... pero los honorables miembros del Colegio debieron considerar mi trabajo malísimo, porque no figuró ni en letras pequeñitas. El almanaque estuvo lleno de primeros puestos y menciones honrosas pero ni luz de mi dibujito. ¿No encajaba en su formato?¿o tal vez se perdió?. Sólo me quedan algunas fotografías que conservo como para justificar las moneditas ganadas.

Valentina pixeleada

A fines del año pasado algo cambió nuestras vidas para siempre: el nacimiento de nuestra bebita, a quien por unanimidad o mayoría llamamos Valentina, en virtud de las cualidades que describía este nombre. Valentina es todo lo que esperamos y más: es inquieta y curiosa, alegre y orgullosa, un espectáculo infantil completo y cautivante que arranca sonrisas y mimos hasta de los corazones más duros. Valentina llegó a nuestras vidas con una rapidez abrumadora, pues no esperábamos tanta suerte ni tan pronto... y hoy el sólo contemplarla ya es una experiencia fuera de este mundo.

Mi esposa afrontó el embarazo con una fuerza que nadie hubiera imaginado y nunca la detuvieron los malestares ni el cansancio. Yo le decía cariñosamente "mi pedacito de gente" cuando enamorábamos, así que no esperaba que sobrellevara tan bien su primera experiencia materna. Y a términos de esos maravillosos nueve meses, sus primas organizaron la bienvenida de la bebé, cuyo expediente fotográfico he guardado celosamente, ya que como es usual en estas fiestas, el padre es el pagano de toda la diversión y la víctima frecuente de un cruel y poco brillante payaso babyshowerino.

Esto de las invitaciones fue mi primer intento de colorear un dibujo desde cero ayudado de mi tableta Genius, y mi primer error con lo de la resolución. Así que dejé la tableta muy bien embaladita, debajo de unos ropones.

Nicolasa y el APRA

Esta caricatura (por cierto una de las primeras que hago de un personaje conocido) la hice a fines del año pasado, cuando andaba de moda el tema de la ex-ministra Araoz. Que sí, que no, que renuncia, que no renuncia, ¡a la bin, a la ban, a la bin bon ban!. Fue por pura curiosidad y la calqué de un escaneado mío con ayuda de la tableta (por demás tortuoso). Supuestamente la presenté a un diario a través de un amigo, pero nunca tuve respuesta o nunca hubo pregunta, así que queda para el anecdotario, como mis dibujos en pizarra acrílica, abundantes pero muy efímeros.

miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Peruano yo? ¡Arequipeño!

Es conocido el regionalismo del arequipeño, y es conocido su gusto porque lo reconozcan como tal... como un extranjero en la capital de un Perú demasiado ajeno, o como el envidiable dueño de una tierra pródiga y abundante. No puedo olvidar que cuando pequeño respondía claramente en el colegio que no era limeño, "no, yo soy arequipeño"... aún cuando eso no era del todo cierto. Nací en la costa de Arequipa y eso no basta para pertenecer al selecto club del orgullo mistiano; ni siquiera mis diez años en la Universidad de San Agustín alcanzaron para ganarme el apelativo de characato. Sólo en Lima era detectable por el dejo, fuerte y rítmico como un corso de agosto, y me sentía consolado. Mucho tiempo después obtuve mi misti rocoto card al casarme con una bella arequipeña (cuyas raíces están llenas de una deliciosa mezcla de volcanes iracundos, valles fértiles y puerto bravo) y hoy reafirmo mi sentir arequipeño, pues mi hijita es terca y orgullosa, como la tierra que la vio nacer.

Este dibujo lo hice hace mucho, como parte de un proyecto de universidad que esperamos se concrete algún día.